Desiertos 2

La semana pasada estuvimos hablando de como los desiertos son el proceso que Dios utiliza para llevarnos del punto A al punto B y como es que Dios utiliza los desiertos de nuestra vida para producir en nosotros lo que necesitamos y entregarnos lo que nos ha prometido o llevarnos al destino que l ha

La semana pasada estuvimos hablando de como los desiertos son el proceso que Dios utiliza para llevarnos del punto A al punto B y como es que Dios utiliza los desiertos de nuestra vida para producir en nosotros lo que necesitamos y entregarnos lo que nos ha prometido o llevarnos al destino que Él ha determinado.

Vimos que los desiertos:

  • Nos enseñan a depender de Dios.
  • Forman nuestro carácter.
  • Nos manifiesta lo sobrenatural de Dios.

Huyendo al Desierto

En Génesis 16: 1-3 vemos a una mujer llamada Agar que era criada o esclava de Abram y Sarai, la Biblia nos enseña que cuando Abram y Sarai vieron que pasaba el tiempo y aún no podían tener un hijo; entonces tomaron la decisión de buscar por sus propias fuerzas que la promesa de Dios se cumpliera.

Muchas veces nos sucede lo mismo que cuando vemos que lo que esperamos no se ha cumplido lejos de tener fe para esperar, confundimos la fe con esfuerzo humano y tomamos decisiones que terminan afectandonos a nosotros o a los demás.

Sarai interpretó la espera de Dios como rechazo de Dios, por eso ella y Abram tomaron la decisión de que El se acostara con Agar y tuviera un hijo con ella. Hay ocasiones que las personas toman decisiones sin tomar en cuenta cómo esto afectará a las personas envueltas.

Luego nos enseña que cuando Agar quedó embarazada comenzó a tratar con desprecio a Sarai y dice el v. 6 qué Sarai comenzó a tratarla con tanta dureza que Agar prefirió huir al desierto. En ocasiones hay personas que atraviesan situaciones tan dolorosas, difíciles y complicadas que un desierto de soledad, es mejor que un infierno acompañado.

Cuando Agar huyó al desierto dice el v. 8 que el ángel del Señor salió a su encuentro y le preguntó:

̈ Agar sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?

Esta pregunta que le hace el ángel es interesante, es como diciendo: ¿Qué te sucede o que te pasa? Y ¿Cuál es tu plan? Esta pregunta es interesante porque en ocasiones tomamos decisiones basadas en lo que estamos atravesando, porque queremos huir de una situación, queremos escapar de una condición, pero no hemos llevado nuestra carga a Dios, ni tampoco sabemos qué vamos a hacer.

Cuando ella le cuenta al ángel del Señor lo que estaba atravesando; él le dio una instrucción ilógica; porque lo primero que el ángel le dijo es : Regresa a tu señora y sométete a su autoridad. Cualquiera de nosotros hubiese dicho: Al parecer no me escuchaste bien, dejame y te explico de nuevo.

A veces en nuestros desiertos Dios nos da instrucciones que no son lógicas, por ejemplo: esta mujer decide huir al desierto, porque está siendo tratada con dureza por Saraí, pero el ángel en vez de sacarla de su situación o ayudarle a huir, le dice es que regrese y se someta.

Es como cuando nosotros teniendo la razón en un asunto; Dios nos dice en su palabra que tenemos que perdonar o peor aún, que tenemos que pedir perdón. Eso no tiene ningún razonamiento lógico. Pero todo lo que Dios nos llama a obedecer, todas las instrucciones que Dios nos da por ilógicas que parezcan tienen un propósito de bendición para nuestras vidas.

Por eso vemos que cuando el ángel le dice esto, a la vez le da promesas que estarían limitadas a su obediencia; promesas como:

  • Te daré más descendientes de los que puedes contar - v.10.
  • Darás a luz un hijo varón - v 11.
  • Le llamarás Ismael para que siempre recuerdes que el Señor oye tu clamor - v.11.

Cuando esto sucedió Agar tuvo tal encuentro con Dios en el desierto que nos dice el v. 13 que ella comenzó a llamar a Dios: El Dios que me ve y es que Dios es el Dios que nos ve, Él está al tanto de cada una de nuestras aflicciones, él tiene conciencia de cada lagrima derramada;

por eso es que nos dice la Biblia que Él enjugará todas nuestras lágrimas; él conoce cada cabello que tenemos; porque es el Dios que nos ve, que nos tiene en cuenta, que nos cuida y que vela por nosotros.

Desechado al Desierto

Una vez que Agar obedeció dice la Biblia en Génesis 21 que Agar nuevamente tiene que enfrentar el doloroso proceso del desierto, porque cuando Sara se dio cuenta de que Ismael se burlaba de Isaac, se indignó y decidió sacar a Agar e Ismael del campamento.

Agar es echada del campamento cuando ella no pidió esto, ella no buscó tener un hijo con Abram, ella no fue la de la idea y ahora después de ser usada, fue desechada.

Cualquiera de nosotros podríamos ver esto como una injusticia, pero Dios tenía un plan mayor; porque nos dice Génesis 21: 11 - 13 que cuando Sara decide echar a Agar e Ismael del campamento y Abraham estaba disgustado por la decisión que tenía que tomar; Dios le dijo a Abraham:

  • “No te alteres por el muchacho y tu sierva. Haz todo lo que Sara te diga, porque Isaac es el hijo mediante el cual procederán tus descendientes. 13 Yo también haré una nación de los descendientes del hijo de Agar, porque él también es hijo tuyo”
  • En otras palabras Dios le dijo a Abram: No te preocupes Abraham, porque el destino de Agar y de Ismael no depende de ti, sino que depende de mí y de mí promesa sobre sus vidas; porque di mi palabra a Agar que si se sometia, yo haría de su hijo una gran nación y eso es precisamente lo que voy a hacer con él una gran nación y nada ni nadie lo puede impedir.

    Es por esa razón que por doloroso, difícil, tragíco o amargo que sea lo que estamos atravesando, no podemos dudar del amor de Dios, de las promesas de Dios y del plan de Dios.

    Aunque Agar no sabía lo que Dios estaba haciendo, y solo sentía el dolor, el rechazo, la injusticia, aún así Dios tenía un plan y esto debe servirnos para estar convencidos de que en nuestro dolor, en nuestro desierto, aún cuando las cosas nos parecen injustas; Dios tiene un plan perfecto en nuestras vidas y cuando Dios nos promete algo, por oscuro que sea nuestro presente, El cumplirá su promesa.

    Esto lo vimos con muchas personas en la Biblia. Por ejemplo: A Jose Dios le prometió que gobernaría y luego fue vendido como esclavo, humillado, encarcelado pero todo ese desierto fue el camino y el proceso para el cumplimiento de la promesa de Dios sobre su vida.

    También David quien fue ungió como rey, pero luego tuvo que servir al rey en su locura; tuvo que enfrentar al gigante, tuvo que salir huyendo para que el rey no lo matara, tuvo que huir al desierto y vivir en cuevas, pero todo ese desierto confuso, fue el camino y el proceso para que se cumpliera lo que Dios había declarado sobre su vida.

    Lo mismo sucede con nosotros, los desiertos de nuestra vida, los procesos difíciles de nuestra vida, nos están acercando cada vez más al cumplimiento del propósito de Dios en nuestras vidas.

    El Dios que me Oye y me Ve en mí Desierto

    La mañana siguiente Abram despidió a Agar, con el muchacho y dice el v. 14 que:

    … ella anduvo errante por el desierto de Berseba.

    La palabra errante en hebreo es midbar que significa: sin rumbo, ni destino, quien anda extraviado, quien va camino a la ruina.

    Mientras Agar andaba errante en el desierto, Agar se secó, no solo porque le faltó el agua, sino porque se cansó, llegó un momento en que simplemente no pudo más, se secó emocionalmente, sentimentalmente, y aún espiritualmente.

    Hay etapas en nuestra vida en las que atravesamos tantas cosas que puede llegar el momento en que simplemente nos secamos, nos cansamos y sentimos que no podemos más; porque eso es lo que hacen los desiertos en nuestras vidas, nos abruman, nos oprimen y nos secan.

    Agar se secó al punto tal que nos dice Génesis 21: 15 - 16 que:

    ̈ Cuando se acabó el agua, Agar puso al muchacho a la sombra de un arbusto. 16 Entonces se alejó y se sentó sola a unos cien metros de distancia. Se echó a llorar y dijo: «No quiero ver morir al muchacho¨

    Agar llegó al punto que el dolor y la amargura la secaron olvidando las promesas que Dios le había hecho en el desierto. Olvidó que Él es el Dios que la ve, el Dios que la oye, el Dios salió a su encuentro, el Dios que le declaró su promesa sobre su vida.

    Es importante entender que esto nos puede suceder a cualquiera de nosotros cuando estamos en medio de temporadas difíciles, complicadas y dolorosas; podemos llegar a olvidar las promesas que Dios nos ha hecho y las experiencias que hemos tenido con El.

    Pero Dios es tan maravilloso que nos dice el v. 17 Pero Dios escuchó llorar al muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo:

    «Agar, ¿qué pasa? ¡No tengas miedo! Dios ha oído llorar al muchacho, allí tendido en el suelo.

    Dios escuchó el clamor de Ismael en el desierto, Dios escuchó al muchacho llorar y lo vio tendido en el suelo; por esa razón es que en medio de nuestros desiertos dolorosos, cuando la preocupación o la angustia nos sobrecoge, todo lo que tenemos que recordar es que Dios nos escucha y nos ve y no solo es el Dios que nos escucha y nos ve, sino también es el Dios que viene a nuestro encuentro.

    Es como lo que nos enseña el Salmo 34: 17 - 19

    ¨El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades. 18 El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado. 19 La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero el Señor llega al rescate en cada ocasión.”

    Por eso es que en nuestros desiertos debe escucharse nuestra angustia pero también nuestra confianza; nuestro llanto pero también nuestro clamor; nuestra queja pero también nuestra oración, nuestra aflicción pero también nuestra adoración; porque Él es el Dios que nos escucha y nos ve.

    Hay personas que como Agar, se sienten secas; están cansadas de tantas dificultades, no saben cómo salir de la condición en la que se encuentran; no encuentran consuelo para su corazon; asi tambien estuvo una mujer que tuvo un encuentro con Cristo; ella vivía en un desierto en su vida donde no encontraba felicidad y un dia Cristo salió a su encuentro y le dijo:

    El que toma de esta agua volverá a tener sed, pero el que toma del agua que yo le doy no tendrá sed jamás. Y ella le contestó: Dame de esa agua para no tener sed jamás.

    Y su vida jamás fue la misma, así también

    nuestra vida jamás tiene que ser la misma, si venimos a Él y le pedimos de su agua en medio de nuestro desierto.

    Hay personas que tienen miedo a clamar, que tienen miedo a orar, por miedo a que nada suceda; pero Él es el Dios que nos oye y el Dios que nos ve. Por eso cualquiera que sea la situación tenemos que aprender a clamar en medio de nuestro desierto; hay situaciones en la vida que están a la expectativa de un clamor como el de Ismael, un clamor que mueva el cielo, un clamor de necesidad profunda, un clamor de desespero, porque Él es el Dios que nos escucha, nos ve y sale a nuestro encuentro.

    En los v. 18 - 19 vemos que Dios no consoló a Ismael, sino que Dios envió a Agar a consolarlo; Dios le dijo a Agar: Ve a consolar a Ismael cuando ella todavía estaba seca y luego que Agar obedeció, fue que Dios abrió sus ojos y le permitió ver el pozo lleno de agua que sirvió para ella beber y también para Ismael.

    Así mismo Dios nos quiere usar a cada uno de nosotros, para que consolemos a alguien más, Dios quiere usarnos para llevarle agua de vida a alguien más que está muriendo en su propio desierto; Dios quiere que llevemos agua de vida a alguien que está seco en su corazon, alguien que ha perdido la esperanza; Dios quiere que demos vida a uno más, que alcancemos a uno más, afirmemos a uno más, hasta que todos declaren que:

    NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO

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